domingo, 26 de octubre de 2014

PROBLEMAS DE CONVIVENCIA - CLAUDIA M PUENTES



Inconveniente más relevante de la comunidad que no le ha permitido tener una convivencia armónica, concertada y consensuada en las comunidades en las cuales reside cada estudiante.

Claudia Mónica Puentes Torres

El problema más relevante de la comunidad bogotana, es la falta de tolerancia, la falta de un sentido de comunidad, la lucha por la supervivencia individualista en una sociedad mercantilista que ha desfigurado los valores. 

A partir de la postura de Gaitán se evidencia la importancia de valorar la convivencia como una responsabilidad natural de la comunidad con su propio desarrollo. Sin embargo, en la ciudad en la que habito no hay una convivencia exitosa, por el contrario, a partir de la observación de mi comunidad considero que el problema más grande en Bogotá es la pérdida de los valores que se traduce en intolerancia. A diario se presentan situaciones de violencia, donde los habitantes de la ciudad se enfrentan por las situaciones más intrascendentes. Justamente el fin de semana anterior unos amigos de mis hijos salieron a la tienda y ante su risas un taxista se sintió burlado y bajó del carro para amenazarlos con un cuchillo. Esto no es convivencia.

Actualmente, el discurso de Gaitán sigue vigente. Igual que en ayer, la realidad del país sigue enmarcado en la desigualdad. La guerra y mantener las estructuras políticas son el aparente fin en el que se emplean  las finanzas públicas, sin embargo, la realidad es que gran parte de los recursos colectivos son usados en financiar la corrupción. Una corrupción que impide que se abran escuelas, que se dote a los hospitales, que se garanticen los derechos a los ciudadanos. En Bogotá la percepción de los habitantes es que hay inseguridad. Una ciudad donde no hay derecho a transitar sin miedo a ser asaltado, una ciudad totalmente desigual, donde muy pocos viven bien y muchos viven muy mal. Y frente a esto, los habitantes no tienen un sentido de colectividad, porque sienten que no hay forma de mejorar la realidad de la ciudad.

La convivencia sana requiere de sensatez que se logra a partir de la educación de los miembros de la comunidad. En la ciudad ha habido intentos por educar en la tolerancia.  Uno de ellos fue gestado por el alcalde Antanas Mockus, quien logró emplear  expresiones culturales como obras de teatro callejeras y el trabajo de mimos al servicio de la educación en la tolerancia. Lamentablemente, estos  esfuerzos no fueron retomados por posteriores administraciones y se ha dejado que la única cultura sea la del mercado, la de la competitividad, la de la supervivencia. Así mismo, las expresiones culturales han abandonado su responsabilidad social. Los niños que crecen reviviendo la vida y obra de los narcotraficantes convertidos en telenovelas, difícilmente crean que los problemas se pueden resolver dialogando.

Los valores se han perdido o se han difuminado. Aquello que está bien, es el dinero y las propiedades. Ya no se habla del respeto ni de la tolerancia. El valor se ha asimilado en la actualidad al precio del mercado. Incluso el valor más básico, el valor de la vida se está desvaneciendo y por ende, los principios se desvanecen.

Referencias
Bibliográficas
GOYENECHE RODRÍGUEZ, Jhon Mauricio. CONVIVENCIA Y  EXPRESIONES CULTURALES, Unidad 2
Lecciones 6, 7, 8, 9,10. UNAD 2008

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